Me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre mis compañeros. Siempre he sabido que al ser un grupo pequeño es más fácil "hacer piña" entre todos pero este curso ha quedado más que demostrado. Durante el cuatrimestre todos nos hemos ido viendo en diferentes apuros que no sabíamos resolver, unos porque no controlaban alguna de las plataformas, otros porque no sabían sacarle el máximo partido a las herramientas, otros porque se han metido en "berenjenales" de los que no sabían salir... Pero entre todos hemos conseguido salir a flote, en ningún momento ha habido competencia de grupos, todos nos hemos ayudado sin pensar que no pertenecían a nuestro "equipo" y gracias a esto hemos conseguido realizar unas muy buenas presentaciones.
Como ya he mencionado en anteriores entradas algunas de las presentaciones nos han tocado la fibra sensible, en especial hubo una en la que nos unimos más entre todos.
Ya he explicado como fue la actividad pero ahora me gustaría hablar de cómo nos hemos sentido, porque aunque no haya estado dentro de cada uno de mis compañeros pude ver en sus caras y miradas cómo se sentían. Creo que el momento sensiblero empezó ya con Selene, que ni siquiera pudo terminar su historia ya que tocaba un tema muy importante para ella, sus lágrimas y sus palabras contagiaron a Sandra que iba a hablar sobre un tema parecido y claro, no pudo contenerse. A todo esto por el extremo más alejado Irene ya llevaba llorando un buen rato y a ella aún no le había llegado el turno. Poco a poco todos empezamos a caer, algunos cuando escuchaban a sus compañeros y otros cuando empezábamos a hablar, pero finalmente, quien no lloró estuvo a punto de hacerlo. A pesar de esto creo que nos aportó mucho ya que nos ha servido para conocer algunos de los detalles que más nos han marcado y nos ha unido más. Suena un poco cursi decir esto pero la verdad es que ese día vi más besos y abrazos de los que había visto en todo el año.
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